Soñando con... AVES


Muchas veces comparamos a otras personas con animales (incluso le atribuimos el genérico de “animal” o “bestia”), debido a sus características físicas o de forma de ser. Por ejemplo, a alguien que tiene velocidad al correr podemos llamarle gacela o a quien demuestra mucha bravura en su carácter se le dice que es un león.

En el caso de las aves, rescatamos como cualidad principal su libertad, en relación a las alas que poseen y que les permiten volar literalmente a donde las lleve el viento. No obstante, también hay especies de aves que no remiten necesariamente a esta cualidad, como las de carroña o las que nos hacen decir que “hay aves de mal agüero”.

Basada en mi propia experiencia y la de otras personas que han pasado por lo mismo, les puedo decir que quienes hemos soñado alguna vez con aves experimentamos una sensación muy vívida respecto de esas imágenes mentales. Sea por su forma, color o tipo de vuelo, cada una de las apariciones de estos animales encierra un significado muy especial, reforzado por nuestras propias inquietudes y temores antes de dormir.

A continuación les doy algunos indicios sobre lo que quieren decir algunos de los sueños más recurrentes con aves. Eso sí, tómenlo solo como una referencia y no se “psicoseen” con lo que vayan a descubrir.

    * Soñar con aves de rapiña: Nos advierte sobre una posible pérdida ocasionada por personas que desean perjudicarnos. En el caso de una mujer que sueñe espantando a estas aves en el patio de su casa, indica que está ansiosa por conocer cosas ajenas a su entorno. Si soñamos que matamos a un ave de rapiña, deberemos hacer un gran esfuerzo para cumplir nuestros objetivos. Y si estas aparecen muertas, entonces nuestros enemigos ya no nos molestarán más.

    * Soñar con un ave desconocida: Es la metáfora de un mensajero de la muerte. Es decir, si esta ave ha recogido un palito, una paja o un gusano de la casa de una persona enferma es un anuncio de muerte. Pero soñar que un ave cae sobre nosotros indica buenos augurios sobre viajes y trabajo. Y en caso de tener esposa embarazada indicará el sexo del bebé dependiendo de el del ave con el que soñemos.

    * Soñar que vemos revolotear aves sobre nuestra cabeza: Indica que vamos a obtener una alta jerarquía, por ejemplo, en nuestro trabajo. Y si caen sobre nuestra casa se refuerza el augurio de buenas noticias.

    * Otros sueños con aves: Las aves negras presagian mal agüero; las blancas, noticias halagadoras; y las abigarradas, trabajo

Las Pesadillas II


Se ha demostrado científicamente que las pesadillas no sólo producen efectos “negativos” a nuestra concepción psicológica, sino a su vez a nuestro físico:

    * - Agitaciones interiores y movimientos considerados como bruscos, con temblores. Ocasionalmente, se puede producir un ligero dolor de cabeza.
    * - Sudoraciones exageradas, y aumento de la temperatura del cuerpo de forma repentina.
    * - Podemos emitir gritos, padecer agresividad y lanzar golpes.
    * - Alteración tanto del ritmo cardíaco como el respiratorio.

Es imprescindible entender que tener pesadillas no es “negativo”, pues nos pueden alertar acerca de esas inquietudes que tenemos, pero de las que no nos podemos darnos cuentas. Momento en el que, a través de una correcta interpretación, sabremos aquello que pensamos pero que no nos hemos podido plantear directa y conscientemente.

Quizás sería interesante preguntarnos primero ¿por qué dormimos?, después ¿por qué soñamos? y, finalmente, ¿por qué tenemos pesadillas?

El giro de nuestro planeta y el hecho de gozar de 12 horas de luz diurna y 12 horas de oscuridad, ha impulsado a las diferentes especies a adaptarse a tan drástico cambio, realizando su actividad en el periodo que le ha sido más propicio (en nuestro caso el diurno) y dejando para el otro la realización de otra serie de tareas.

Aunque ahora disponemos de luz artificial que nos ilumina durante el periodo nocturno, nuestro reloj biológico nos impulsa a dormir, pues hay una serie de funciones indispensables para nuestro cerebro y nuestro organismo que solamente se llevan a cabo en el periodo de sueño. Funciones reparadoras y restauradoras de mente y cuerpo.

Así, al dormir se inician unos procesos químicos por los que nuestro cerebro se entrega a una actividad que en algunos momentos es comparable a la de la vigilia. Mientras dormimos las redes neuronales atraviesan cinco etapas diferentes que se repiten entre tres y cinco veces a lo largo de la noche. Las cuatro primeras coinciden con la idea intuitiva que se puede tener del descanso: la frecuencia cardiaca y el ritmo respiratorio descienden y las ondas cerebrales se hacen más lentas. En cambio la quinta, la fase de sueño paradójico o REM (rapid eye movement) es mucho más activa y se caracteriza por un movimiento ocular rápido bajo los párpados, un aumento de los ritmos cardiaco y respiratorio y un incremento notable de la actividad cerebral. Es en este periodo, principalmente, cuando se lleva a cabo el proceso de las ensoñaciones.

Comoquiera que el cerebro es un órgano muy complejo sobre el que apenas llevamos un siglo de estudio, no se conoce el porqué de los sueños, aunque las más modernas teorías de la neurología del sueño apuntan a que éste tiene un importante papel en las funciones cognitivas más complejas, como la resolución de problemas, la memoria y el aprendizaje y que lejos de corresponder a actividades mentales aleatorias, se llevan a cabo procesos que mezclan recuerdos, percepciones sensoriales y emociones, de tal manera que lo que se persigue es la comprensión o asimilación de aquello que nos ocurre en el periodo de vigilia.

Sea como fuere, el cerebro forma imágenes con el flujo de información que recibe merced al incremento de actividad en la fase REM y les intenta dar un significado coherente. Para ello las une en una especie de secuencia a la que llamamos sueño.

Ahora bien, puede ocurrir que el sueño no sea agradable, es decir, que cause desasosiego e incluso temor. Entonces este sueño perturbador recibe el nombre de pesadilla.

Las situaciones estresantes que se producen durante el día pueden convertir los sueños en pesadillas, buscando con ellas el cerebro una forma de liberar las tensiones diarias. Por ello los niños —sumidos en un continuo proceso de aprendizaje y adaptación— son tan proclives a padecerlas.

Tener pesadillas es algo tan normal como tener un sueño erótico por ejemplo, pero un aumento reseñable en su frecuencia puede ser una señal de alarma de que algo no va como debiera, que nuestro cerebro se enfrenta, a nivel inconsciente, a una situación o problema que crea una tensión emocional de la que no puede librarse. Relaciones tormentosas, traumas psicológicos, drogas y problemas psiquiátricos suelen ser causa de pesadillas frecuentes y recurrentes. Aunque a veces son simples reflejos de una situación delicada a la que no queremos enfrentarnos y que, al evitarla, nos crea tensiones emocionales. En este caso, nada mejor que enfrentarse a ella y resolverla en uno u otro sentido para que las pesadillas desaparezcan.

Todas las evidencias coinciden en que los malos sueños constituyen una experiencia humana universal. A veces ellos son lo suficientemente temibles para despertar a quien los sufre, en cuyo caso entran en la definición formal de pesadilla. Otras veces son, incluso, peores: cuando la persona cree que lo peor del sueño ha terminado, pero está ingresando en “Su más temida pesadilla, capítulo II”.

Pero cualquiera que sea la trama, los investigadores señalan que las pesadillas y los sueños horrendos ofrecen indicios potencialmente elocuentes para develar, en primer lugar, el misterio más profundo de por qué soñamos. También, cómo nuestras vidas, cuando soñamos y cuando estamos despiertos, pueden entrelazarse y gravitar entre sí. Y, lo más desconcertante de todo, cómo nos arreglamos para elaborar una realidad virtual en nuestra mente, un depósito nocturno sensorialmente rico, multidimensional y dotado de personajes tan persuasivos, que uno quiere... estrangular antes de que puedan estrangularlo a uno.

Un importante motivo por el que los malos sueños ayudan a discernir la arquitectura onírica en términos generales es que, como numerosos estudios han demostrado, la mayoría de nuestros sueños son malos. Ya sea que individuos sometidos a un estudio lleven un diario personal de sus sueños en la casa o duerman en laboratorios de investigación y sean periódicamente despertados del sueño a partir del movimiento rápido del ojo (REM) -la etapa más frecuentemente relacionada con el sueño-, los resultados son los mismos: casi el 75% de las emociones descriptas son negativas.

Además, según Robert Stickgold, un investigador del sueño de la Facultad de Medicina de Harvard, somos soñadores ridículamente activos, ya que pasamos entre el 60 y el 70% del período de soñolencia soñando o en un estado semejante al sueño, llamado actividad mental del sueño, que funciona hasta tres horas por noche transcurridas en un estado de ansiedad o frustración mientras llegamos tarde para el examen o caminamos descalzos sobre vidrios rotos porque nuestros zapatos se derritieron.

Sueños adolescentes

El paciente era un hombre de 37 años que de niño había sido violado por su madre esquizofrénica, a menudo, mientras estaba en la cama tratando de dormirse. No obstante, llegó a ser un adulto razonablemente normal y bien remunerado en su trabajo, y pensó que lo peor había quedado atrás. Hasta que una noche se despertó súbitamente y vio en su cuarto a una intrusa que revolvía los cajones del ropero.

Posteriormente, sus pesadillas comenzaron, sueños espantosos y recurrentes en los que la intrusa era una mujer de mediana edad y en los que una cuchilla pendía como una espada de Damocles del ventilador de techo sobre su cabeza.

"Su viejo recuerdo del miedo no se había disipado", afirmó el doctor Ross Levin, psicólogo que investiga el terreno de los sueños en la Yeshiva University, de Nueva York. "Se reactivaron fácilmente -añadió- debido a su trauma reciente." Casi tan repentinamente, plasmaron la base de una pesadilla recurrente. El doctor Levin instó al paciente a reformular el sueño y ensayar alternativas frente a cuchillas oscilantes y un temor paralizante, hasta que finalmente las pesadillas cesaron y el hombre pudo recuperar su anterior condición.

Estudios realizados sobre la base de estadísticas o diarios personales han demostrado que la frecuencia de las pesadillas varía según la edad y el sexo. Los preescolares son relativamente inmunes al mito del cuco, pero no es ése el caso de sus hermanitos mayores. Aproximadamente el 25% de los chicos entre 5 y 12 años señalan que por lo menos una vez por semana se despiertan debido a un mal sueño.

El índice de pesadillas aumenta durante la adolescencia, alcanza el pico máximo entre los adultos jóvenes, y luego, como tantas cosas más en la vida, comienza a disminuir. El individuo promedio de 55 años tiene tres veces menos pesadillas que el individuo promedio de 25 años. A casi cualquier edad, las niñas y las mujeres señalan que tienen considerablemente más pesadillas que los niños y los hombres, hecho que, según algunos investigadores, podría estar relacionado con los porcentajes comparativamente mayores de ansiedad y trastornos del ánimo.

El contenido de las pesadillas también varía con el tiempo y entre distintas culturas. A un joven en los Estados Unidos del siglo XXI tal vez no le importe el ocasional sueño erótico, pero para San Agustín, el filósofo cristiano del siglo IV, "los sueños de naturaleza sexual eran pesadillas", como expresó Kelly Bulkeley, investigador del sueño, invitado en la Graduate Theological Union, de Berkeley, California. "Los consideraba -agregó- amenazas para su fe."

Ciertos factores culturales específicos también pueden incidir en los temas universales. El doctor Bulkeley y sus colegas descubrieron que la pesadilla de ir cayendo al vacío son habituales entre las mujeres de las naciones árabes, quizá por razones metafóricas.

Mientras en gran medida el cuerpo y el cerebro durante el sueño aparentemente se confabulan para permitirnos andar a salvo a través de un siniestro terreno onírico de personajes extravagantes, los científicos que estudian el sueño, en su mayoría, están persuadidos de que soñar tiene un propósito esencial, posible y evolutivamente de adaptación.

En un reciente artículo aparecido en la revista Psychological Bulletin , el doctor Levin, junto con su colega Tore Nielsen, de la Universidad de Montreal, plantearon que soñar servía para crear lo que denominan "recuerdos de la extinción del miedo", recurso que tiene el cerebro de mezclar, desintoxicar y, finalmente, desechar viejos recuerdos temibles, lo mejor para seguir adelante y dar lugar sináptico para cualquier nueva amenaza que pudiera aparecer. "El cerebro aprende pronto a qué tenerle miedo", comentó el doctor Nielsen. "Pero si no hay un control del proceso -prosiguió-, en la adultez tendremos miedo de cosas que temíamos en la niñez."

Los malos sueños comunes y corrientes rara vez recapitulan hechos desagradables de la vida real; antes bien, les extraen partes rescatables para soportes y repuestos, y a través de esa reconfiguración, según explicó el doctor Nielsen, los miedos dejan de ser tales. "Un mal sueño que no provoca que el individuo se despierte es exitoso en lo que respecta a abordar una emoción intensa. Es perturbador, pero en la medida en que no nos despertamos hay una especie de resolución", dijo.

De acuerdo con este escenario, las pesadillas, al permitir que uno escape prematuramente, representan un fracaso del sistema de la "extinción del miedo". "El mal sueño es funcional, las pesadillas son disfuncionales", afirmó Nielsen.

Si uno siente que está cayendo al vacío, que extienda los brazos y aprenda a volar.

La interpretación de los Sueños


La interpretación de los sueños es una obra de Sigmund Freud. La primera edición fue publicada inicialmente en alemán en noviembre de 1899 como Die Traumdeutung (aunque fechada posteriormente en 1900 por el editor). La publicación inauguró la teoría freudiana del análisis de los sueños cuya actividad describiría Freud como la vía regia hacia el conocimiento de lo inconsciente dentro de la vida anímica.

Al inicio del primer capítulo, Freud describe su trabajo del siguiente modo:

En las páginas que siguen demostraré que existe una técnica psicológica que permite interpretar sueños, y que, si se aplica este procedimiento, todo sueño aparece como un producto psíquico provisto de sentido al que cabe asignar un puesto determinado dentro del ajetreo anímico de la vigilia. Intentaré, además, aclarar los procesos que dan al sueño el carácter de algo ajeno e irreconocible, y desde ellos me remontaré a la naturaleza de las fuerzas psíquicas de cuya acción conjugada o contraria nace el sueño.

La obra introduce el concepto de Yo, y describe la teoría de Freud del inconsciente en lo que concierne a la interpretación de los sueños. Los sueños, desde el punto de vista freudiano, constituyen formas de "cumplimiento de deseo" — tentativas del inconsciente para resolver un conflicto de alguna clase, ya sea algo reciente o algo procedente de lo más hondo del pasado (más tarde en Más allá del Principio de Placer Freud hablaría de los sueños que no parecían constituirse en cumplimiento de deseo). Sin embargo, debido a que la información en el inconsciente se encuentra en una indomable y a menudo perturbadora forma, un "censor" en el preconsciente no permitirá que pase inalterada a la consciencia. 

Durante los sueños, el preconsciente es más laxo en este deber que en horas de vigilia, pero todavía está atento: como tal, el inconsciente debe falsear y deformar el sentido de su información para que pueda pasar a través de la censura. Así, las imágenes en los sueños a menudo no son lo que parecen ser, según Freud, y necesitan de una profunda interpretación para que puedan informarnos sobre las estructuras del inconsciente.

Freud basa su argumentación en la revisión inicial de trabajos científicos previos de análisis de los sueños, que encuentra interesantes pero inadecuados. A continuación describe una serie de sueños que ilustran su teoría. Muchos de sus sueños más importantes son propios — su método es inaugurado con un análisis de su sueño "La inyección de Irma" — pero muchos también proceden de estudios de casos de pacientes. La mayor parte de las fuentes de Freud para el análisis están en la literatura, y el libro es tanto un autoconsciente intento de análisis literario como un estudio psicológico. Freud aquí también examina en primer lugar lo que más tarde se convertiría en la teoría del complejo de Edipo.

La tirada inicial del libro fue muy baja — tomó muchos años vender las primeras 600 copias. Freud revisó el libro al menos ocho veces, y en la tercera edición añadió una amplia sección que trataba del simbolismo de los sueños muy literalmente, a raíz de la influencia de Wilhelm Stekel. Más tarde, los psicoanalistas han expresado su frustración con esta sección, ya que alienta la idea de que la interpretación de los sueños era una sencilla búsqueda de los símbolos de sexo, penes, etc. (Ejemplo: "Inclinaciones empinadas, escaleras y escalones, subiéndolos o bajándolos, son representaciones simbólicas del acto sexual"). Estos enfoques han sido en gran parte abandonados en favor de métodos más comprehensivos.
 
Ampliamente considerada como su más importante contribución a la psicología, Freud dijo de su obra: "Un descubrimiento como este se corresponde a uno de entre muchos, pero solo se vislumbra una vez en la vida".

Qué significa soñar que abrazamos a un Amor del Pasado?


El abrazo del pasado siempre es protector, abrazamos a lo conocido, a lo vivido, soñar con un amor del pasado que nos hace felices significa todo lo contrario en la realidad, son sentimientos que van contrapuestos, por lo que si al contrario soñamos que nos sentimos infelices en el sueño, sentiremos la felicidad y plenitud en la realidad.

No obstante y como en otros muchos casos, si el soñador está enamorado, dicho sueño no es más que una representación onírica de sus propios anhelos, ya sean vividos o reprimidos en la vida real.

Qué significa soñar con Espejos


Anoche tuve un sueño bastante extraño, y es que es la primera vez que me ocurre, estaba yo sentada en una habitación de color blanco, donde una mujer me peinaba mientras yo me hallaba sentada frente a un inmenso espejo limpio e inmenso donde me veía reflejada. Es por esto que me he dispuesto a buscar cuál sería el significado y ahora lo comparto contigo.

Qué signfica soñar que estamos en la oscuridad


Desde que tengo uso de razón, los adultos han usado el término "oscuridad" para referirse a lo negativo, a lo que no está bien o simplemente a esos factores negativos de la vida las personas.

Caminar en oscuridad es, para muchos creyentes, ir por el camino equivocado y estar haciendo de nuestras vidas algo que nadie quiere para nosotros.